Según la última encuesta de Gallup, solo el 37% de los estadounidenses confían en que el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, pueda tomar las decisiones correctas para la economía, cifra que se acerca a los niveles más bajos de la historia y refleja una fuerte caída en la confianza pública hacia las políticas económicas de la FED. Powell se encuentra actualmente en su segundo mandato, y estos datos de confianza son el segundo más bajo de su gestión, solo superado por el nivel alcanzado durante el mandato de Janet Yellen como presidenta de la FED en 2014. Al revisar 2020, Powell disfrutaba de un 58% de confianza pública, pero ahora su apoyo ha caído drásticamente, lo que muestra la duda del público sobre la capacidad de la FED para enfrentar los desafíos económicos.
Conferencia de Jackson Hole: Powell insinúa que la reducción de tasas está por llegar
En la reciente conferencia sobre políticas económicas de Jackson Hole, Powell pronunció su último discurso principal como presidente de la Reserva Federal (FED). En este momento, el mercado laboral estadounidense está desacelerándose, lo que normalmente llevaría a la Reserva Federal (FED) a reducir las tasas de interés para estimular la economía. Sin embargo, la inflación sigue siendo superior al nivel objetivo, y la Reserva Federal (FED) debe ser cautelosa para evitar aumentar aún más los precios. Powell indicó en su discurso que la política monetaria podría necesitar "ajustes", lo que en la terminología de la Reserva Federal (FED) normalmente significa que una reducción de tasas está por venir, anticipándose que podría comenzar el próximo mes y posiblemente continuar en las dos reuniones siguientes.
Esta declaración tomó al mercado por sorpresa. Anteriormente, se esperaba que Powell continuara con su habitual tono cauteloso, pero su clara insinuación provocó una fuerte reacción en el mercado: el tipo de cambio del dólar cayó, los precios de los bonos se dispararon y el mercado de valores repuntó tras una semana de debilidad. Sin embargo, esta decisión también conlleva riesgos. Los analistas de Bank of America advirtieron que si La Reserva Federal (FED) baja las tasas de interés demasiado pronto antes de una recuperación en el mercado laboral, podría llevar a un error de política, especialmente en un contexto donde la inflación sigue por encima de los objetivos. El informe de empleo de agosto se publicará a principios de septiembre, y si los datos muestran un mercado laboral inesperadamente fuerte, la decisión de la FED de bajar las tasas podría parecer precipitada.
Trump presiona: la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrenta desafíos
Poco después del discurso de Powell, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atacó públicamente a la miembro de la Junta de la Reserva Federal, Lisa Cook, afirmando que exigió su renuncia debido a problemas con documentos de hipoteca, de lo contrario sería despedida. Trump incluso hizo esta declaración llevando una gorra roja con la frase "Trump siempre tiene razón". Cook respondió que no será "intimidada", pero en el actual entorno político, su posición parece débil. Trump ha criticado a Powell durante mucho tiempo, llamándolo "idiota" y "tonto", acusándolo de no haber reducido las tasas de interés significativamente antes.
Trump no solo está descontento con Powell personalmente, sino que también ha ido debilitando gradualmente la independencia de La Reserva Federal (FED) al colocar a sus aliados en posiciones clave. Ha nombrado a su aliado Stephen Miran para un puesto temporal en La Reserva Federal (FED), quien ha argumentado que el presidente debería tener el derecho de destituir a los funcionarios del banco central a voluntad. Además, Trump ha reemplazado al director de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. (Bureau of Labor Statistics) por un partidario suyo. Estas acciones indican que Trump está tratando de incorporar a La Reserva Federal (FED) dentro de su esfera de influencia política.
El futuro de la Reserva Federal: el juego entre la independencia y la presión política
La Reserva Federal (FED) teóricamente debería ser independiente de la intervención política, con políticas monetarias impulsadas por datos como su núcleo. Sin embargo, a medida que la influencia de Trump aumenta, la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrenta una severa prueba. El mercado ya ha comenzado a preocuparse; el mercado de bonos muestra signos de que los bonos del gobierno a largo plazo están rindiendo menos que los bonos a corto plazo, lo que indica que los inversores creen que la Reserva Federal (FED) podría sentirse presionada políticamente para mantener tasas de interés demasiado bajas, en lugar de basarse en la necesidad económica. La política de tasas de interés bajas podría facilitar el gasto masivo del gobierno de Trump, evitando aumentos de impuestos, y así satisfacer las demandas políticas.
Powell reiteró en su discurso que luchará contra la inflación a toda costa, mientras presta atención a los rápidos cambios en el mercado laboral, mostrando el estilo cauteloso y equilibrado característico de La Reserva Federal (FED). Sin embargo, a medida que se acerca el final del mandato de Powell, es posible que el próximo presidente se incline más por seguir las directrices políticas en lugar de adherirse a decisiones basadas en datos. En el futuro, si el nuevo presidente intenta expresar disidencias, el mercado podría interpretarlo como una señal de desunión interna o de pérdida de control por parte del presidente. Esto complicará aún más la interpretación de las intenciones de la política de La Reserva Federal (FED), y la incertidumbre en el mercado se intensificará.
Actualmente, solo el 37% de los estadounidenses confían en las decisiones económicas de Powell, alcanzando un mínimo histórico. Al mismo tiempo, Powell insinuó una próxima reducción de tasas en la conferencia de Jackson Hole, provocando una conmoción en el mercado, pero también acompañado del riesgo de errores de política. La presión continua de Trump sobre la Reserva Federal (FED) y sus acciones para colocar a sus aliados están amenazando la independencia de la Reserva Federal (FED). En el próximo año, la Reserva Federal (FED) podría enfrentar cambios significativos, y su dirección política podría estar más impulsada por la política que por los datos económicos, lo que traerá mayor incertidumbre para la economía estadounidense y los mercados globales.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
La confianza de los estadounidenses en el presidente de la Reserva Federal (FED) Powell ha caído a un mínimo histórico, solo el 37% expresa su apoyo.
Según la última encuesta de Gallup, solo el 37% de los estadounidenses confían en que el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, pueda tomar las decisiones correctas para la economía, cifra que se acerca a los niveles más bajos de la historia y refleja una fuerte caída en la confianza pública hacia las políticas económicas de la FED. Powell se encuentra actualmente en su segundo mandato, y estos datos de confianza son el segundo más bajo de su gestión, solo superado por el nivel alcanzado durante el mandato de Janet Yellen como presidenta de la FED en 2014. Al revisar 2020, Powell disfrutaba de un 58% de confianza pública, pero ahora su apoyo ha caído drásticamente, lo que muestra la duda del público sobre la capacidad de la FED para enfrentar los desafíos económicos.
Conferencia de Jackson Hole: Powell insinúa que la reducción de tasas está por llegar
En la reciente conferencia sobre políticas económicas de Jackson Hole, Powell pronunció su último discurso principal como presidente de la Reserva Federal (FED). En este momento, el mercado laboral estadounidense está desacelerándose, lo que normalmente llevaría a la Reserva Federal (FED) a reducir las tasas de interés para estimular la economía. Sin embargo, la inflación sigue siendo superior al nivel objetivo, y la Reserva Federal (FED) debe ser cautelosa para evitar aumentar aún más los precios. Powell indicó en su discurso que la política monetaria podría necesitar "ajustes", lo que en la terminología de la Reserva Federal (FED) normalmente significa que una reducción de tasas está por venir, anticipándose que podría comenzar el próximo mes y posiblemente continuar en las dos reuniones siguientes.
Esta declaración tomó al mercado por sorpresa. Anteriormente, se esperaba que Powell continuara con su habitual tono cauteloso, pero su clara insinuación provocó una fuerte reacción en el mercado: el tipo de cambio del dólar cayó, los precios de los bonos se dispararon y el mercado de valores repuntó tras una semana de debilidad. Sin embargo, esta decisión también conlleva riesgos. Los analistas de Bank of America advirtieron que si La Reserva Federal (FED) baja las tasas de interés demasiado pronto antes de una recuperación en el mercado laboral, podría llevar a un error de política, especialmente en un contexto donde la inflación sigue por encima de los objetivos. El informe de empleo de agosto se publicará a principios de septiembre, y si los datos muestran un mercado laboral inesperadamente fuerte, la decisión de la FED de bajar las tasas podría parecer precipitada.
Trump presiona: la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrenta desafíos
Poco después del discurso de Powell, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atacó públicamente a la miembro de la Junta de la Reserva Federal, Lisa Cook, afirmando que exigió su renuncia debido a problemas con documentos de hipoteca, de lo contrario sería despedida. Trump incluso hizo esta declaración llevando una gorra roja con la frase "Trump siempre tiene razón". Cook respondió que no será "intimidada", pero en el actual entorno político, su posición parece débil. Trump ha criticado a Powell durante mucho tiempo, llamándolo "idiota" y "tonto", acusándolo de no haber reducido las tasas de interés significativamente antes.
Trump no solo está descontento con Powell personalmente, sino que también ha ido debilitando gradualmente la independencia de La Reserva Federal (FED) al colocar a sus aliados en posiciones clave. Ha nombrado a su aliado Stephen Miran para un puesto temporal en La Reserva Federal (FED), quien ha argumentado que el presidente debería tener el derecho de destituir a los funcionarios del banco central a voluntad. Además, Trump ha reemplazado al director de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. (Bureau of Labor Statistics) por un partidario suyo. Estas acciones indican que Trump está tratando de incorporar a La Reserva Federal (FED) dentro de su esfera de influencia política.
El futuro de la Reserva Federal: el juego entre la independencia y la presión política
La Reserva Federal (FED) teóricamente debería ser independiente de la intervención política, con políticas monetarias impulsadas por datos como su núcleo. Sin embargo, a medida que la influencia de Trump aumenta, la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrenta una severa prueba. El mercado ya ha comenzado a preocuparse; el mercado de bonos muestra signos de que los bonos del gobierno a largo plazo están rindiendo menos que los bonos a corto plazo, lo que indica que los inversores creen que la Reserva Federal (FED) podría sentirse presionada políticamente para mantener tasas de interés demasiado bajas, en lugar de basarse en la necesidad económica. La política de tasas de interés bajas podría facilitar el gasto masivo del gobierno de Trump, evitando aumentos de impuestos, y así satisfacer las demandas políticas.
Powell reiteró en su discurso que luchará contra la inflación a toda costa, mientras presta atención a los rápidos cambios en el mercado laboral, mostrando el estilo cauteloso y equilibrado característico de La Reserva Federal (FED). Sin embargo, a medida que se acerca el final del mandato de Powell, es posible que el próximo presidente se incline más por seguir las directrices políticas en lugar de adherirse a decisiones basadas en datos. En el futuro, si el nuevo presidente intenta expresar disidencias, el mercado podría interpretarlo como una señal de desunión interna o de pérdida de control por parte del presidente. Esto complicará aún más la interpretación de las intenciones de la política de La Reserva Federal (FED), y la incertidumbre en el mercado se intensificará.
Actualmente, solo el 37% de los estadounidenses confían en las decisiones económicas de Powell, alcanzando un mínimo histórico. Al mismo tiempo, Powell insinuó una próxima reducción de tasas en la conferencia de Jackson Hole, provocando una conmoción en el mercado, pero también acompañado del riesgo de errores de política. La presión continua de Trump sobre la Reserva Federal (FED) y sus acciones para colocar a sus aliados están amenazando la independencia de la Reserva Federal (FED). En el próximo año, la Reserva Federal (FED) podría enfrentar cambios significativos, y su dirección política podría estar más impulsada por la política que por los datos económicos, lo que traerá mayor incertidumbre para la economía estadounidense y los mercados globales.